lunes, 2 de mayo de 2011

Caída libre

Desperté en mitad de la noche mientras caía al vacío desde una cama elevada un par de metros. Abrí los ojos a medio camino, desconcertada, y acto seguido vino el impacto. Allí, tumbada en el frío piso, no había ningún espejo frente a la cama y, a pesar de la oscuridad, sabía que las paredes no eran de color naranja: no estaba en mi habitación, había vuelto al mundo real. Extraña sensación, similar al despertar aliviado tras una pesadilla y a la agradable calidez de las sábanas sobre el cuerpo, aunque de manera inversa. Ultimamente, todo ocurre al revés. Siempre hay una vuelta para la ida, y de esta forma estoy aquí, yaciendo en este lugar extraño, donde no se perciben formas ni colores vivos, donde de nuevo,vuelvo a ver el mundo en blanco y negro.